1
A veces oigo un himno cual yo jamás oí:
es cántico divino, igual no conocí;
es santa melodía que expresa tierno amor;
es célica armonía que exalta al Creador.
Coro:
¡Oh, música divina!
¡Oh, canto del Edén!
Es eco de la bella,
feliz Jerusalén.
2
¡Qué dulce paz yo gozo oyendo un canto tal!
El mundo tenebroso olvido y todo mal.
Más dulce que las voces del viento y del mar
es el cantar que llega del trono celestial.
3
El cántico sublime cual sueño llega a mí;
paréceme su ritmo cual brisas del jardín.
¡Dichoso pensamiento!: Salvado yo seré,
y con los redimidos el himno entonaré.
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