1
La ruta es larga y cruenta, es difícil ver el fin;
pero mi alma entona un canto pues conmigo un ángel va.
La noche es negra y turbia, no la alumbra débil luz;
pero mi alma entona un canto pues conmigo un ángel va.
Me cuida de la tentación, me cuida por su amor.
Si oro, también ora él; va siempre junto a mí.
Me olvidan mis amigos y muy solo puedo estar;
pero mi alma entona un canto pues conmigo un ángel va.
2
Si nubes me rodean y una carga he de llevar,
con valor y fe prosigo pues conmigo un ángel va.
Un día la tristeza puede mi alma inundar,
pero seguiré confiando que a mi lado el ángel va.
Conmigo a la montaña va, conmigo sobre el mar.
No hay miedo ni ningún temor; va el ángel junto a mí.
El fin ha de llegar y mi Salvador vendrá; y mis ojos han de abrirse,
y a mi ángel yo veré que hoy junto a mí está.
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